Salak, la fruta con piel de serpiente
- Susana Rubio Urresta
- 17 ene 2019
- 2 Min. de lectura
La cáscara del salak en el suelo del bosque, nunca la hizo apetitosa, ya que se la confundía fácilmente con la piel mudada de un viscoso reptil. Actualmente, el salak forma parte de las frutas exóticas de los bosques del Ecuador y es muy raro verla en los mercados. La fruta también se encuentra en Asia y extrañamente aparece en los bosques húmedos del noroccidente de Quito durante las lluvias.
En el interior de aquel peculiar caparazón reptiliano, se esconden tres gajos blanquecinos abrazados cada uno a una pepa oscura. Para Jerónimo Espinosa, estudiante de gastronomía el sabor de la fruta “es una mezcla chiclosa entre piña, pera y un toque de limón". Pero el sabor siempre varía de acuerdo a cada paladar. Otros dicen que es como una nuez y otros que sabe a manzana.

Foto cortesía
“El salak es una fruta que contiene antioxidantes como vitamina C. Por lo que mejora el sistema inmune, es decir incrementa las defensas del cuerpo”, dice Eliana Maldonado, nutricionista. El salak también tiene fibra por lo cuál es bastante útil para los problemas de estreñimiento. De igual forma contiene hierro y calcio. “Estos dos minerales son sumamente importantes ya que la deficiencia del primero de ellos genera anemia ferropénica y en relación al déficit de calcio se produce osteopenia e incluso osteoporosis”, explica Maldonado.
La leyenda detrás de la fruta
Entre los bosques de Mashpi se murmura que el mítico Amaru vino en forma de serpiente. Sembró sus huevos en la tierra y de ahí brotó la palmera del salak. De esta salieron unos pequeños frutos con piel de serpiente color café. El salak crece en racimos y ver este fruto escamoso entre el bosque causaba temor. También se creía que su fruto era la representación del mismo Amaru, la conexión de la humanidad con su Dios y por respeto evitaban tocarla.
Algunos historiadores afirman que en la zona del bosque nublado de Nanegalito se encuentra enterrado Atahualpa. Una leyenda de las culturas andinas cuenta que Atahualpa volverá en forma de Amaru, ósea de serpiente o dragón. Será una coincidencia que la fruta de la serpiente haya aparecido en la zona.

Foto cortesía: El Amaru (Looch)
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